7.27.2020

EN MI DÍA

Si, hoy es mi cumpleaños; pero hoy no es sólo mi cumpleaños.
Un día como el de hoy, un 27 de julio de 1996, comenzó todo; o mejor dicho, terminaron muchas cosas, como la soltería de papá y la carrera de mamá, para dar comienzo a muchas cosas más; y digo muchas, porque lo son. 
Muchas cosas, como las muchas personas que hoy me rodean, como los 5 hermanos de mamá y los cuatro primos que me regaló la familia de papá.
Muchas cosas comenzaron un día como hoy, mi vida, por ejemplo. Dicen que al estar en la panza, los deseos de nuestros padres nos alumbran al nacer; no se en qué habrán pensado, pero seguramente en un montón de cosas, como planes, ideas, ilusiones y sorpresas.
Y vaya sorpresa fui, una niña, una pequeña niña, sin nada que ofrecer al mundo más que mi presencia. Y qué presencia más rara tuve el día en que nací, que aún nos reímos de mi.
Mi cumpleaños es mucho más que sólo mi cumpleaños, es el día en que nació mi familia; es el día en que mamá y papá decidieron pasar la vida juntos. 
Cami, Blas y Pedro, otros niños indefensos que aparecieron en nuestra vida de tres. ¡Que grande y que linda es mi familia! Un poco alborotada, pero es por la cantidad; algo inquieta, pero es por la necesidad de aprender, y muy feliz (aunque también lloramos un montón).
Y eso que mi cumpleaños es en invierno, y a mi poco me gusta de ésta estación, principalmente por el humo y la cara paspada, pero aprendí a brillar en pleno julio, sobretodo desde que mi abuelo me regala un día de sol desde que se mudó al cielo. ¡Que agradecida estoy! 
¿Cómo pude algún día pensar que mi día no era maravilloso? Si trae consigo mucha más historia de la que podría imaginar.
Bendecida soy, por los muchos comienzos que dieron a este día. Nada debió haber sido fácil, especialmente para mí; que todavía estoy aprendiendo a vivir. 
24 años de puras caídas y raspaduras, 24 años de rollers, música y risas.
24 años de aquel 27 de julio, el día que nos regaló mucho más que magia, mucho más que una familia, mucho más que la casa bordo en la que vivo, mucho más que los amigos que logre conseguir, mucho más que las mascotas que pasaron por casa, mucho, mucho, mucho más.
Diría que también me regalo las penas, los momentos más tristes que viví, empezando por el pajarito que mató mi hermana inconscientemente, las amigas que me rompieron el corazón y mi hijo que tiene una parte del cielo ganado. Porque la vida, mi vida, tiene una balanza que sube y baja, que tira para un lado y luego para el otro; y gracias por esos finales tristes que me han hecho lo que hoy soy; porque no basta con solo existir y respirar. 
Hoy es un día, como dije antes, que trajo mucho. Como los picnics en el patio de casa, como los eternos viajes a Córdoba cada fin de semana, como las visitas a Gesell y Mina Clavero. 
Mamá y papá se habrán esforzado un montón por mantenerme en la linea, y yo corro en zigzag, ¿Cuántas angustias habrán formado parte de sus vidas a causa de mi? Seguro que más de un montón; porque si me tienen a mi, deben saber, que no presto atención más que a mis deseos; ya sean grandes o pequeños, ya que deseo las cosas con dedicación.
Gracias al día de hoy, que puedo ver con otros ojos, desde otra lente. ¡Y vaya que costó! Pero estamos hechos de lo que nos pasa, y para mi suerte, lo que nos pasa es un porcentaje de lo que nos sucede; ya que depende de los ojos con que miremos las cosas. Podría llorar una eternidad por lo que desearía que este aquí, pero brindo con la frente en alto y los ojos brillosos por las cosas hermosas que me regala la vida día a día.
Un día como hoy, fue mucho más que solo un día; al menos para mi.