2.02.2023

MoMA

Ayer fue el día de mi pequeño rayito de sol, mi Momita, la enana que es gigante, quien me despierta al ritmo de su cola moviéndose y me acompaña con sus cortitos pero ligeros pasos.
La salchicha de mi menú vegetariano, aquella por la que doy mi tiempo, mis días y mi más profundo amor. 
Ningún día es tan lindo como aquellos en los que salimos a perseguir palomas voladoras, romper ramas de algunos árboles y escarbar hasta llegar a China. 
Gracias pequeña por dejarme ser la que acomoda tus orejas cuando se mueven hacia atrás, gracias por inundarme de felicidad y por atropellarme en el mejor de los sentidos con tu humor terrible y audaz.