A lo largo de la vida ¿nunca has sentido mariposas en el estómago, las
manos sudadas, un nudo en la garganta, la mente en blanco, una presión en el
pecho o los cachetes colorados?
Nuestras emociones son reacciones orgánicas que derivan de estímulos y permiten
adaptarnos a determinadas situaciones sirviendonos de brújula. Nos indican que
algo está sucediendo con nosotros y/o con nuestro alrededor. Y no sólo lo
manifestamos en nuestro interior sino también en nuestro exterior.
Cada emoción y estado de ánimo nace en el sistema límbico que es una red de
neuronas distribuidas dentro del cerebro donde además se encuentran los
instintos, la personalidad y la conducta de cada persona.
Las emociones se disparan como cohetes y en ocasiones solemos ignorarlas y en
otras le damos demasiada importancia; nos potencian o nos nublan. ¿nunca
pensaste que las emociones son una fuente de estímulo personal?. Nos inspiran y
nos conducen por ciertos caminos indiferentemente de lo que prefiera la mayoría,
cada uno desde su juicio decide cómo usarlas.
Nacen de manera inconsciente y luego pasan al terreno consciente donde las
notamos. Si nuestros antepasados no hubieran tenido miedo y huido de los
depredadores, el presente sería completamente diferente. Es importante
prestarle atención a las señales del cuerpo y de la mente. Éstas nos ponen en
marcha y nos ayudan a asimilar cada situación.
Existen emociones básicas: todo lo que sentimos nace del miedo, asco, enfado,
sorpresa, felicidad y/o tristeza. Paul Eckman las nombra como “emociones
universales” al identificarlas podemos actuar en consecuencia. Cuanto mayor sea
nuestra inteligencia emocional, más sencillo nos será canalizar, disminuir y
reemplazar las sensaciones negativas. El cuerpo proporciona energía y nosotros
decidimos cómo la utilizamos, ¿siempre la aprovechas a tu favor?.
Como dijo nietzsche, las emociones simplemente llegan cuando quieren y no
cuando deseamos; es nuestro cuerpo hablando por nosotros y debemos darle el
espacio para explayarse. La manera en que nos expresamos, es decir nuestro
lenguaje corporal, influye sobre las emociones y ayuda a comunicarnos con
nosotros mismos y con los demás.
Debemos soltarnos y darle lugar a las emociones. No es sano reprimirlas y
guardarlas para después. Vivir implica experimentar, y cada experiencia nos
genera una reacción física y también emocional; no debemos endurecernos frente
a lo que sentimos, eso no nos convertirá en personas fuertes.
Leí alguna vez que “no desahogarte te termina ahogando”: uno al acumular lo que
siente no genera nada más que una colección de sensaciones que no permiten
vivenciar de manera natural y fluida lo que ocurre.
Todos sentimos cosas, cada momento nos genera algo en nuestro interior que es
producto de nuestras creencias e ideales: sentimos en base a la manera en que
fuimos criados y según nuestra manera de ver el mundo.
Un día de lluvia puede generar alegría, inspiración, tristeza, nostalgia y
hasta euforia dependiendo quién sea el receptor y en qué circunstancias se
encuentre.
Si el día te inspira y te genera alegría, seguramente puedas aprovecharlo y
dedicarte a estudiar, hacer cosas pendientes o juntarte con amigos, pero si el
día te genera nostalgia y tristeza seguramente desees dormir todo el día hasta
que termine.
La manera en que nos sentimos es tan importante como lo que nos sucede. No solo
hay que enfocarse en lo que pasa, sino en cómo lo tomamos y lo asimilamos. Me atrevería
a decir que la vida es 30% lo que sucede, y 70% cómo lo tomamos. No podemos
controlar lo que nos pasa pero si podemos hacer algo al respecto.
Como dije anteriormente, las emociones son brújulas que nos guían y nos
enfocan. Hay que darles la importancia necesaria y ser responsables de lo que
ocasionan.
¿cuántas veces una oportunidad nos generó miedo? Y sin embargo lo utilizamos a
nuestro favor al tomarlo como método de alerta y así sentirnos seguros. Hay
emociones complementarias que al unirlas nos llevan a mejor puerto; en este
caso el miedo y la seguridad. Otros casos pueden ser la tristeza y la inspiración
o la rabia y la justicia.
¿cuántas veces hemos dejado que emociones negativas se apoderen de nuestra
realidad bloqueando lo que podríamos hacer, sólo por el hecho de no saber cómo
administrarlas y usarlas a nuestro favor?.
Seamos creadores de momentos favorables, usemos las mariposas en el estómago
para abrazar, el nudo en la garganta para llorar, la mente en blanco para
meditar, la presión en el pecho para decir lo que nos sucede. Actuar de acorde
a lo que sentimos nos salvará de perder oportunidades, personas, momentos y
tantas cosas que la experiencia de vivir tiene para ofrecernos.